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jueves, 17 de julio de 2008

Lo que puede pasar con Rusia cuando Estados Unidos tenga listo su escudo antimisil
18:21

17/ 07/ 2008

Iliá Krámnik, RIA Novosti. Paulatinamente, los planes de Estados Unidos de extender a Europa su programa nacional de defensa antimisil (DAM) adquieren formas reales y concretas.

Un paso importante se dio el pasado 8 de julio con la firma de un tratado bilateral que permitirá al Pentágono emplazar una estación de radar en el territorio de la República Checa.
A pesar de las discrepancias, Polonia y EEUU continúan negociando las condiciones para desplegar en territorio polaco una base de misiles interceptores estadounidense, pieza clave del DAM en Europa, y esto obliga a reflexionar de nuevo sobre la amenaza que supone ese sistema para la seguridad de Rusia.

En torno al DAM estadounidense en Europa se han dicho y escrito muchas cosas e incluso ya circulan ciertos mitos.
El más reciente de ellos supone que los silos que se emplazarán en Polonia no alojarán cohetes interceptores como estaba previsto, sino misiles balísticos de alcance intermedio.
En caso de ser lanzados desde Polonia, esos misiles en pocos minutos podrían destruir objetivos vitales en Moscú bloqueando el control operativo de las Fuerzas Armadas de Rusia. Si esto fuera verdad, se trataría de una de las amenazas más graves que penden sobre los rusos, pero afortunadamente, semejante variante no puede ocurrir por el momento.
Con menos fantasía que la hipótesis anterior, la versión oficial estadounidense afirma que el DAM en Europa está destinado a la defensa de Estados Unidos y países aliados de probables ataques con misiles lanzados por países hostiles como Irán o Corea del Norte.
Por razones que en Rusia cuesta comprender, la zona donde se instalará el sistema DAM en Europa no es la más óptima para interceptar los hipotéticos misiles iraníes o norcoreanos, pero en cambio, es particularmente cómoda para abatir cohetes disparados desde el territorio ruso.
Expertos militares rusos y extranjeros coinciden en afirmar que en su configuración actual, e incluso después del emplazamiento de las instalaciones en Polonia y la República Checa, el DAM estadounidense no representa una amenaza grave para el arsenal estratégico nuclear ruso.

¿Cuál serán entonces las causas de la nerviosa reacción de políticos y militares rusos en cuanto a la construcción del DAM en Europa?

El nerviosismo de Moscú aparece al momento de reflexionar sobre los cambios que se han producido en conceptos geopolíticos clave como "primer ataque nuclear", el reciente Tratado sobre la Reducción de los Potenciales Nucleares Ofensivos y el desarrollo que puede tener el DAM a nivel global.
La prohibición de crear sistemas globales de defensa antimisiles establecido en el Tratado ABM (Anti-Ballistic Missile Treaty) suscrito por la Unión Soviética y EEUU en 1972 descartaba de plano los ataques nucleares porque automáticamente ponía en marcha la denominada "Destrucción Mutua Asegurada" (Mutual Assured Destruction, MAD, según las siglas en inglés).
En el caso de que alguna de las dos potencias decidiera atacar con misiles balísticos, el potencial de ojivas nucleares que quedaban después del primer ataque era más que suficiente para responder a la agresión y ocasionar al atacante lo que los militares definieron como "pérdidas inadmisibles".
En el lenguaje corriente, esas "pérdidas inadmisibles" significan la destrucción de las principales ciudades, la aniquilación de la mayoría de sus habitantes y otras consecuencias globales como el denominado "invierno nuclear", inicio de otras calamidades en cadena que podían conducir al fin de la civilización.
Ahora, las cosas han cambiado, EEUU de forma unilateral abandonó el tratado ABM en 2001 (precisamente para desarrollar el DAM) y las potencias nucleares han suscritos tratados de desarme encaminados a reducir los arsenales nucleares estratégicos.
La modernización del armamento nuclear ha permitido aumentar la precisión de impacto de los misiles y reducir su potencial de destrucción, de tal manera que las armas nucleares estratégicas paulatinamente se aproximan al "umbral de posible aplicación".
Es decir, cuando un conflicto nuclear entre Rusia y EEUU no ocasionará el fin inevitable de la civilización.
Esta situación es posible si la cantidad de ojivas disponibles para responder a una agresión nuclear queda por debajo del límite que permita conferir al agresor las mencionadas "pérdidas inadmisibles".
Y el sistema DAM estadounidense reduce drásticamente ese límite.

En el caso del despliegue completo del DAM en sus tres componentes, terrestre, marina y aéreo-orbital, por primera vez desde la década de los años 50 del siglo pasado, EEUU tendrá la posibilidad potencial de emprender un ataque nuclear contra Rusia sin preocuparse del ataque de represalia.
Actualmente, el sistema DAM estadounidense está integrado de los siguientes elementos: cuatro radares de alerta temprana localizados en las islas Aleutianas (al sudeste de Alaska), California, Gran Bretaña y Groenlandia, además de otro radar de emplazamiento marino en la región de Alaska y un radar de avanzada en Japón.
Para la intercepción de misiles, el DAM dispone de 16 misiles interceptores GBI (Ground Based Interceptors) emplazados en las bases Ft. Greely, en Alaska y Vandenberg en California.
Y también 18 misiles SM-3 emplazados en cruceros y destructores acondicionados con sistema integrado de guía de misiles AEGIS de la Marina de Guerra estadounidense.
De acuerdo a los planes del Pentágono, en 2013 comenzará a funcionar la estación de radar en la República Checa y aumentará a 54 los misiles GBI, 44 dislocados en territorio estadounidense y 10 en Polonia.
Para esa fecha también está previsto el despliegue de cuatro sistemas de defensa antimisil THAAD (Terminal High Altitude Area Defensa) en capacidad de abatir misiles en la fase final de su trayectoria (capas altas de la atmósfera) y se aumentará considerablemente la cantidad de misiles SM-3 de emplazamiento marino.
Para el próximo decenio, el DAM estará integrado a una flotilla de satélites modernos para detectar el lanzamiento de misiles y también a un sistema de vigilancia aérea con aviones acondicionados con armamento de última generación a partir de tecnología láser.
El despliegue del DAM con esas características, alterará de forma evidente la paridad nuclear estratégica en detrimento de Rusia.
Para compensar ese desequilibrio, Moscú deberá incrementar su potencial nuclear estratégico y reanudar otra carrera armamentista en condiciones más complicadas que las que había en tiempos cuando existía la URSS.
Ahora, Rusia tiene limitaciones para incrementar su potencial nuclear estratégico porque ha suscrito tratados internacionales que por el momento no puede denunciar. Por ejemplo el tratado soviético-estadounidense sobre la reducción de armas estratégicas START-1 que demás de reducir hasta 6.000 las ojivas nucleares que pueden poseer ambas partes, impuso restricciones a las zonas de dislocación de los sistemas de misiles balísticos de emplazamiento móvil.


Además, el Tratado sobre la Reducción de Potenciales Estratégicos Ofensivos suscrito por Rusia y EEUU en 2002 y que limita hasta 1.700 y 2.200 las ojivas nucleares que podrán poseer ambas potencias a partir de 2012.
Ese tope al número de ojivas automáticamente condiciona una reducción de los portadores (misiles o bombarderos estratégicos) a 400 y 500 unidades.

En condiciones de despliegue completo del DAM, esa cantidad de portadores puede ser insuficiente para ocasionar "pérdidas inadmisibles" en el caso de respuesta a una agresión nuclear.

La perspectiva del DAM estadounidense preocupa a Moscú porque las respuestas concretas para neutralizar sus efectos, supone la solución urgente de problemas de orden interno muy complicados.
Como la situación de la industria militar de cohetes de Rusia todavía resentida tras la desaparición de la URSS (algunas de las empresas quedaron en Ucrania), otras fueron liquidadas, y esto redujo la capacidad de producción del sector.

La situación en el sector mejora con mucha lentitud y según previsiones oficiales, a partir del presente año las empresas rusas por primera vez producirán diez misiles balísticos intercontinentales Tópol-M al año.
Pero persisten los problemas técnicos para el desarrollo de los nuevos misiles Bulava (SS-NX-30 según la clasificación de la OTAN) para submarinos de IV generación proyecto 955 clase Borey, y también hay no pocos tropiezos en la modernización de los misiles balísticos RSM-54 Sineva (SS-N-23 Skiff, según la OTAN) también para submarinos nucleares.
¿Y que se puede hacer en las presentes condiciones?

Una solución posible podría ser el despliegue de un DAM ruso en capacidad de atenuar los efectos de un ataque imprevisto contra nuestro arsenal estratégico nuclear.
Ante la imposibilidad de que ese escudo tenga cobertura nacional, es posible y necesaria la creación de DAM locales y fiables sobre las zonas donde está concentrado nuestro arsenal estratégico nuclear.

Para realizar estos planes se puede partir del escudo antimisil que actualmente protege Moscú con cohetes A-135 y los nuevos sistemas de defensa aérea S-400 Triunf (SA-21 Growler, según la OTAN) cuyo desplazamiento comenzó el año pasado.

Cabe recordar que por sus características operacionales el sistema S-400 es superior al análogo estadounidense THAAD que todavía se encuentra en fase de desarrollo.

Entre el paquete de medidas adicionales para afrontar el despliegue del DAM estadounidense es importante destacar la modernización de los misiles rusos para superar el escudo estadounidense mediante ojivas de velocidades ultrasónicas de guiado autónomo, sistemas de ojivas falsas y sistemas de interferencia para confundir radares y misiles interceptores.

Para Rusia la realización de todas estas variantes supondrá grandes esfuerzos y el gasto de ingentes recursos. Posiblemente ese sea el precio que deberá pagar tras la derrota sufrida en la "Guerra Fría".

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