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DARPA fue creada como la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada (ARPA), por la Ley Pública 85-325 y el Departamento de Defensa de la Directiva 5105.15, en febrero de 1958. Su creación se atribuye directamente a la puesta en marcha del Sputnik y la realización de EE.UU. que la Unión Soviética había desarrollado la capacidad para explotar rápidamente la tecnología militar. Además, las comunidades políticas y la defensa reconoció la necesidad de un alto nivel del Departamento de Defensa de la organización para formular y ejecutar proyectos de I + D que ampliar las fronteras de la tecnología más allá de las necesidades inmediatas y específicas de los servicios militares y de sus laboratorios. En la búsqueda de esta misión, DARPA ha desarrollado y transferido los programas de tecnología que abarcan una amplia gama de disciplinas científicas que se ocupan de todo el espectro de necesidades de seguridad nacional.
Desde 1958-1965, el énfasis de ARPA se centró en los grandes temas nacionales, incluyendo el espacio, la defensa de misiles balísticos, y detección de pruebas nucleares. Durante 1960, todos sus programas espaciales civiles fueron trasladados a la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) y de los programas espaciales militares a los Servicios individuales. Esto permitió a DARPA para concentrar sus esfuerzos en el DEFENSOR (defensa contra misiles balísticos), Proyecto Vela (detección de pruebas nucleares), y AGILE(de contrainsurgencia de I + D), y comenzar a trabajar en procesamiento computacional, ciencias del comportamiento y ciencias materiales.El DEFENSOR y Programas AGILE formaron la base del sensor de DARPA, la vigilancia, y dirigió la I + D, particularmente en el estudio de los radares, sensores infrarrojos, y la detección de rayos x-ray/gamma.
Durante la década de 1960, con la transferencia de estos programas maduros a los Servicios, ARPA redefinió su papel y se concentró en un conjunto diverso de relativamente pequeño, los programas de investigación fundamentalmente exploratoria. La Agencia recibió el nombre de Defense Advanced Research Projects Agency (DARPA) en 1972, y durante la década de 1970, hizo hincapié en los programas directos de energía, procesamiento de la información y las tecnologías de táctica.
En cuanto a procesamiento de la información, DARPA hecho grandes progresos, inicialmente a través de su apoyo al desarrollo de tiempo compartido (todos los sistemas operativos modernos se basan en conceptos inventados para la Multics sistema, desarrollado por una cooperación entre los Bell Labs , General Electric y el MIT , que el apoyo de DARPA por la financiación del Proyecto MAC del MIT con una de dos millones de dólares de subvención inicial), y más tarde a través de la evolución de la ARPANET (el de área amplia primer paquete de conmutación de red), Packet Radio Network, paquetes de redes de satélite y, en definitiva, la Internet y la investigación en la inteligencia artificial (IA) campos de reconocimiento de voz y procesamiento de señales. DARPA financió también la elaboración de la Douglas Engelbart's del sistema informático NLS y el Aspen Movie Mapa , que probablemente fue la primera hipermedia sistema y un importante precursor dela realidad virtual .
La Enmienda Mansfield de 1973 limitó los créditos expresamente para la investigación de defensa (a través de ARPA / DARPA) para proyectos con aplicación militar directa. Algunos [ ¿quién? ] sostienen que la enmienda devastó la ciencia estadounidense, puesto que ARPA / DARPA era una fuente importante de financiación para proyectos de ciencia básica de la época, la National Science Foundation nunca hizo la diferencia como se esperaba. Pero el resultado " fuga de cerebros "también está asociada con el aumento del desarrollo de la industria de las computadoras personales en ciernes. Muchos científicos de la computación joven huyó de las universidades de nuevas empresas y laboratorios de investigación privados, como Xerox PARC .
Desde 1976-1981, los principales ejes de DARPA fueron dominados por aire, tierra, mar, y la tecnología espaciales, armaduras tácticas y programas de lucha contra vehículos blindados, sensores infrarrojos para la vigilancia basada en el espacio, la tecnología de alta energía del láser para la defensa de misiles basado en el espacio, antisubmarina la guerra, misiles de crucero avanzados, aviones avanzados y aplicaciones de defensa de la computación avanzada. Estos escala tecnológica de programas grandes manifestaciones se unieron a la investigación del circuito integrado, lo que resultó en la tecnología electrónica submicrometre y dispositivos electrónicos que se desarrolló en el Very Large Scale Integration ( VLSI ) y el Programa de mandato del Congreso de haces de partículas cargadas del programa. Muchos de los programas de éxito fueron la transición a los servicios, tales como las tecnologías de base en el reconocimiento automático del blanco , el espacio basado en la detección, la propulsión y materiales que se hayan transferido a la Iniciativa de Defensa Estratégica Organización (SDIO) , más tarde conocida como la Organización de Defensa de Misiles Balísticos (BMDO) , ahora el título de la Agencia de Defensa Antimisiles (MDA) .
Durante la década de 1980, la atención de la Agencia se centró en el procesamiento de la información y programas relacionados con la aeronave, incluido el plano Aeroespacial Nacional (NASP) o Hypersonic Programa de Investigación . El Programa Estratégico de Computación habilitado DARPA para explotar el procesamiento y tecnologías avanzadas de redes y para reconstruir y fortalecer las relaciones con las universidades después de la guerra de Vietnam . Además, DARPA empezó a buscar nuevos conceptos para, ligero pequeños satélites ( LIGHTSAT ) y dirigió nuevos programas de fabricación con respecto a la defensa, tecnología submarina, y la armadura / antiblindaje.
El 28 de octubre de 2009, la agencia comenzó la construcción de una nueva instalación en Arlington, Virginia, a pocos kilómetros del Pentágono.
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HAARP
El calentamiento global de la atmósfera, que hasta hace poco tiempo sólo preocupaba a los meteorólogos, ha comenzado a ocupar la primera plana de los diarios después de una secuencia poco usual de catástrofes ambientales, como el tsunami asiático, el huracán Katrina y las bruscas fluctuaciones climáticas que recientemente se han venido registrando.
Hasta ahora, las grandes potencias industriales hicieron poco más que organizar conciertos de rock o estampar remeras con slogans para controlar la contaminación atmosférica. Pero el tema se ha popularizado tanto que en cualquier mesa de café se diserta sobre gases de invernadero, aerosoles, biocombustibles, Bush y Fidel.
Es que desde el momento en que China ha logrado desbancar a los Estados Unidos como principal contaminador del planeta, el tema ha tomado dimensión política, y ha permitido que el discurso de los expertos se torne por momentos apocalíptico.
Sin duda, de todos los contaminantes que hemos sabido arrojar a la atmósfera en los últimos dos siglos, los menos publicitados son ciertas radiaciones electromagnéticas a las que algunos hacen responsables de las perturbaciones climáticas. La fuente más sospechosa de esas radiaciones se encuentra en Alaska y forma parte de un proyecto militar estadounidense. Se la conoce con la sigla HAARP, esto es, Proyecto Avanzado para la Investigación Auroral por Alta Frecuencia.
Como “Harp” significa “arpa”, los ambientalistas más duros no han vacilado en llamarlo “el arpa del diablo”. El físico Nick Begich y la periodista Jeanne Manning han preferido aclarar que “a esta arpa no la tocan los ángeles”. Ese es el título que le pusieron en 1995 a su documentada investigación sobre el HAARP. El libro no sólo motivó en Estados Unidos todos los debates permitidos para un tema que toca de cerca lo militar; tuvo varias reediciones y fue traducido al francés.
Más recientemente, en 1998, el Parlamento europeo y en 2002 la Duma (el Parlamento ruso) crearon sendas comisiones para estudiar el tema e interpelaron al gobierno estadounidense sobre la naturaleza y fines del proyecto. Por supuesto, y como era inevitable, el HAARP no dejó de convocar también a sensacionalistas, esotéricos, apocalípticos y paranoicos conspirativos, como si fuera una nueva Area 51. Con todo, y teniendo en cuenta que las opiniones de los científicos son dispares, se diría que la situación está lejos de ser clara.
Hurgando la ionosfera
El sistema HAARP opera desde Gakona (Alaska). No cuenta con demasiada infraestructura, a no ser por 180 antenas alineadas en array, con una potencia de 1 gigawatt, que emiten hacia la ionósfera radiaciones de hasta 10 MHz.
El proyecto pertenece a la Fuerza Aérea y a la Marina de los Estados Unidos, pero cuenta con el aval científico de la Universidad de Alaska y catorce universidades más. La obra la construyó Raytheon, una empresa dedicada a la industria bélica. Su tecnología se basa en 12 patentes que pertenecen a ARCO, subsidiaria de una importante petrolera.
Según la versión oficial sus fines son estrictamente científicos, y las autoridades aseguran que sus instalaciones se abren cada tanto para ser visitadas por los turistas. El gobierno declara que el HAARP tiene por fin desarrollar comunicaciones con submarinos, radares de gran alcance y sistemas para detectar misiles de vuelo bajo. También puede hacer una suerte de tomografía del subsuelo en busca de petróleo, para lo cual el Congreso le ha asignado un jugoso presupuesto.
El complejo envía hacia la ionósfera un haz de alta frecuencia, que rebota en forma de ondas de frecuencia muy baja. De tal modo, su alcance cubre prácticamente todo el planeta. Recordemos que la ionósfera es la capa más externa de la atmósfera (entre 80 y 640 km de altura), más allá de la cual sólo se encuentran los cinturones de radiación de Van Allen. Se dice que las emisiones de HAARP podrían interferir con los vientos troposféricos y con los electrojets aurorales, un fenómeno que en circunstancias naturale
s suele afectar a las comunicaciones y hasta la conducta humana. De hecho, HAARP no es el único de estos “calentadores ionosféricos”. Hay uno similar en Trömso (Noruega), otro en Nizni Nóvgorod (Rusia) y uno en Arecibo (Puerto Rico).
Tanta preocupación militar por una investigación de ciencia básica no deja de despertar sospechas, teniendo en cuenta que conocemos conspicuos antecedentes. Algunos piensan que estos “calentadores” formarían parte del sistema de defensa estratégica (el Star Wars de Reagan) y potencialmente serían armas de destrucción masiva mucho más reales que las de Saddam. Se les atribuye la capacidad de concentrar un haz de alta energía en puntos específicos, provocando sequías, inundaciones, huracanes y hasta terremotos.
El fantasma de Nikola Tesla
El libro de Begich y Manning lleva por subtítulo “Avances en la tecnología Tesla”. El serbio Nikola Tesla (1856-1943) fue el gran rival de Edison, responsable de muchas de las tecnologías que hoy usamos, aunque más se lo recuerda por la obsesión con que trató de transmitir energía eléctrica mediante ondas. En 1940 Tesla había anunciado que contaba con un dispositivo capaz de derribar los aviones ene
migos con un haz de partículas y que era capaz de desencadenar fuerzas que podían llegar a “partir la Tierra en dos”. Cuando murió, por las dudas el FBI secuestró todos sus apuntes, que probablemente sirvieron para desarrollar el laser de partículas que rusos y norteamericanos pusieron a punto durante la Guerra Fría.
Si bien desde entonces se le han venido atribuyendo a Tesla toda clase de fantasías, lo cierto es que no faltaron quienes se encargaran de profundizar sus investigaciones. Uno de ellos es el físico texano Bernard Eastlund, titular de la mayoría de las patentes que usa el HAARP. Una de ellas, que estuvo un tiempo clasificada como secreto militar, describe un “método y dispositivo para alterar una región de la atmósfera, ionósfera y/o magnetósfera terrestre”.
De hecho, éste no es ni el primero ni el último de los proyectos vinculados con la “guerra geofísica”, que ha puesto en marcha el poder militar estadounidense, desde el Argus (1958) y el Starfish (1962), que investigaban los cinturones de Van Allen. Durante la guerra de Vietnam se trabajó en los proyectos Skyfire y Stormfury, diseñados para poner el clima en contra del Vietcong.
Otro proyecto, llamado SPS (1968-1978), aspiraba a concentrar la energía solar colectada por una red de satélites geoestacionarios, enviándola en forma de microondas sobre las tropas enemigas. Más recientemente, en la campaña Tormenta del Desierto, durante la primera Guerra del Golfo, las fuerzas de Bush padre usaron un arma de radiación (EMP Weapon) que cortó las comunicaciones entre las tropas iraquíes, provocando su desbande total.
Efectos indeseables
El sistema HAARP, que desde 2002 ya estaría funcionando a pleno, ha despertado preocupación en muy diversos sectores, tanto del sector científico como en del político, sin contar los alarmistas profesionales, freaks o adeptos a las teorías conspirativas.
Los ambientalistas de Alaska, que han fundado un “movimiento No HAARP”, entienden que están contra algo más peligroso que las papeleras del Uruguay. Recurriendo a una metáfora un tanto folklórica, sostienen que patear la ionósfera para ver qué pasa es como andar pinchando a un oso dormido. La doctora Elizabeth Rauscher, física, explica que se trata de “bombear tremendas energías en un sistema molecular de muy delicada configuración –la ionósfera– exponiéndola a reacciones catalíticas y efectos no lineales. Al focalizar las radiaciones con una suerte de ‘acupuntura’ atmosférica, la rotación de la Tierra podría causar no ya un agujero en la capa de ozono sino una verdadera incisión. Pero el hecho es que la ionósfera todavía nos pertenece a todos”.
De la misma opinión es la doctora Rosalie Bertell, que otrora perteneció a la administración Reagan y ahora asesora al Parlamento europeo; entiende que los calentadores ionosféricos modifican el campo magnético del planeta.
Dos eurodiputadas, la sueca Maj Britt Theorin y la belga Magda Haalvoet, armaron una comisión parlamentaria para estudiar los efectos del HAARP. De la misma manera, un grupo de físicos rusos elaboró un detallado informe a pedido de Putin, que anda bastante sensibilizado por el escudo antimisilístico norteamericano.
Estas circunstancias han llevado a recordar las advertencias sobre nuevas tecnologías manipuladoras que Zbigniew Brzezinski (funcionario del gobierno de Carter) había hecho ya en 1970. Pero aun antes que él, J. F. MacDonald, un geofísico que asesoraba a Johnson, había reconocido que desde los años ’50 el Pentágono estaba estudiando tecnologías destinadas a la “guerra geofísica”.
Se ha conocido incluso un informe de la Cruz Roja Internacional que alertaba sobre los posibles efectos que las intromisiones en el magnetismo terrestre podían tener sobre el psiquismo, provocando trastornos mentales y hasta “el desarrollo de facultades paranormales”.
Muchos físicos, sin embargo, tienden a desmitificar al proyecto, considerando que sus efectos serían apenas comparables con los que lograríamos introduciendo un calentador eléctrico en un río caudaloso. Las emisiones de las antenas de HAARP serían centenares de veces más débiles que las que producen las variaciones naturales de la atmósfera, y no se registra un agujero de ozono del tamaño que se les atribuye.
Uno de los puntos más delicados de todo el proyecto sería su eventual interferencia con las llamadas Ondas Schumann. Estas radiaciones, descubiertas en los años cincuenta por el físico alemán O. W. Schumann, se generan entre la superficie de Tierra y el borde interior de la ionósfera. Coinciden con la frecuencia del hipotálamo, una constante biológica de 7.8 Hz que comparten todos los mamíferos; su ausencia se vincula con el JetLag y los edificios “enfermos”. La NASA les ha dedicado muchos estudios y ha introducido generadores de Ondas Schumann en las lanzaderas espaciales. Sin embargo, otros dicen que aun a pesar de las advertencias de la Cruz Roja, les emisiones del HAARP no pasarían de 2,8 Hz.
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Rusia acusa a Estados Unidos de provocar terremoto de Haití
Urgente y grave Rusia acaba de Acusar a los Estados Unidos de provocar el terremoto de Haití con tecnología de sonido, plasma y pulso electromagnético, un reporte por la flota de Rusa del Norte indica que el Sismo registrado en Haití fue el resultado de una prueba marina de los Estados Unidos por una de sus armas de terremoto.
La flota de Rusia monitorio los movimientos de los barcos de los Estados Unidos en el caribe, desde los años 70 los Estados Unidos han avanzado en sus armas de terremotos que ahora emplean tecnología de pulso, plasma y Sonido Electrónico. Según reporte lo más probable es que la marina Estadounidense haya tenido conocimiento total del daño que podría tener Haití.
Según el informe mencionado, el sistema experimentado por los Estados Unidos (proyecto HAARP) permitiría además crear anomalías climatológicas para provocar inundaciones, sequías y huracanes.
De acuerdo a otro informe coincidente, se tienen datos para establecer que el terremoto en Sichuan, China, el 12 de mayo de 2008 con una magnitud de 7.8 Richter, fue creado también por la radiofrecuencia del HAARP.
Al existir una correlación entre la actividad sísmica y la Ionosfera, mediante el control de la Radiofrecuencia inducida por Hipocampos, en el marco de HAARP, se concluye que:
1. Los terremotos en los que la profundidad es linealmente idéntica en la misma falla, se producen por proyección lineal de frecuencias inducidas.
. La configuración de satélites permite generar proyecciones concentradas de frecuencias en puntos determinados (Hipocampos).
3- Se han elaborado un diagrama de sucesión lineal respecto de los terremotos denunciados en que casualmente se produjeron todos a la misma profundidad
Venezuela el 8 de Enero 2010. Profundidad 10 kms.
Honduras el 11 de Enero 2010. Profundidad 10 kms.
Haití el 12 de Enero 2010. Profundidad 10 kms.
Rusia ha entrado a valorar la actuación de Estados Unidos en el terremoto de Haití y según algunas fuentes rusas, Estados Unidos podría haber provocado el terremoto que devastó hace unos días Haití y todo con la intención de hacerse con el control de la isla. Es ciertamente uno de esos casos de los que seguro ningún gobierno habla, pero desde Rusia nos llegan rumores que apuntan a esta teoría, aunque por desgracia eso es algo que nunca lo sabremos.
Rusia apunta a que Estados Unidos tiene la tecnología necesaria como para provocar terremotos experimentales y que el terremoto que asoló Haití fue obra de Estados Unidos, gracias a una tecnología que posee Estados Unidos y que habría hecho una prueba al causar diferentes terremotos en costas de Estados Unidos, justo antes de causar el terremoto de Haití. Sin duda es una teoría un poco ilógica, al menos no es algo que nos queramos creer a priori, pero es una opción interesante.
Lo más curioso es que Estados Unidos se encuentra controlando el aeropuerto de Haití y todas las operaciones, con la presencia de más de 10.000 soldados en la isla de Haití. Si alguien es lo suficientemente potente tecnológicamente, como para poder provocar un terremoto, sin duda es Estados Unidos. Es una de las muchas conspiraciones, pero ya es cuestión de que cada uno pueda creerse lo que le cuentan en televisión o piense acerca de otras causas del terremoto y motivos por los que Estados Unidos estaría interesado en controlar esta isla.
Geólogos investigan enorme socavón de Guatemala
Maldonado explicó que los vecinos habían alertado a la Conred en febrero pasado de que se escuchaba retumbar en el sitio y que se habían abierto grietas en casas.
La Conred mantiene una zona de prevención y restricción de 100 metros alrededor del hundimiento y sólo permiten el ingreso de algunos habitantes que buscan sacar algunos bienes de sus viviendas.
Las fuerzas de seguridad desconocen por el momento el origen de este socavón, aunque el gobierno local apuntó que en aquella zona había minas de sal en la Edad Media.
Parque Nacional de Las Tablas.
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